
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en sus siglas en inglés) publicó el contenido “secreto” que permanecía a resguardo en diez jurisdicciones con banca offshore repartidas a lo largo de todo el mundo, lo cual permitió bucear por los registros de más de 100.000 sociedades o trusts domiciliados en lugares como Islas Vírgenes Británicas, Caimán, Cook o Singapur, entre otros, relativas a los Paraísos Fiscales.
La información forma parte de un disco duro con “olor a viejo” con 2,5 millones de archivos y datos operativos en la banca offshore de Paraísos Fiscales. Sin embargo, hay un problema: la mayoría de la información es de hace 30 años atrás, o sea, proporciona datos súper atrasados, y a pesar de que algunos gobiernos han corrompido a informáticos, periodistas y otros mercenarios, los profesionales de la banca offshore han tomado hace tiempo las medidas necesarias para evitar que informaciones reales y actuales puedan filtrarse.
A raíz del cacareado disco duro con “olor a viejo” se recrudeció la ofensiva contra los Paraísos Fiscales. Esa presión, añadida al deterioro económico del país, obligó al mandatario francés Francois Hollande, aceptar la renuncia de su ministro de Economía por ocultar cuentas en Suiza, mientras que Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciaron su intención de compartir información tributaria, al igual que lo acordado por Francia, España, Italia y Alemania, en tanto Luxemburgo y Suiza aceptaron eliminar el secreto bancario.
No cabe dudas de que España es fiel exponente del disco duro con “olor a viejo”. La investigación realizada por el diario español El Confidencial descubrió cómo algunas grandes fortunas nacionales se sirven de estructuras societarias de la banca offshore en Paraísos Fiscales para administrar su patrimonio o llevar a cabo sus actividades empresariales. Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, por ejemplo, administra su colección de cuadros desde sociedades radicadas en las Islas Caimán, mientras la millonaria Ana Gamazo gestiona su herencia familiar repartida por Samoa, Singapur y las Islas Vírgenes.
Estas dos ilustres millonarias son solo los rostros más conocidos que figuran en los archivos del disco duro con olor a viejo, aunque algunos de los nombres que aparecen en la base de datos del Offshore Leaks, como Gonzalo Rodríguez de Castro y García de los Ríos o Gustavo Darío Crnko, están involucrados también en otras investigaciones en curso. Vale reiterar que el show orquestado a partir del disco duro con “olor a viejo” solo ha puesto en tela de juicio las violaciones e irregularidades cometidas fundamentalmente en épocas donde no existían los actuales medios de detección.
Todo hace pensar que la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas fue esponsorizada por grupos de interés económico.
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