
La banca offshore o extraterritorial es aquella normalmente situada en los paraísos fiscales, países regulados por leyes especiales que les conceden una mayor libertad en sus operaciones amén de un tratamiento fiscal más favorable, pues son entidades bancarias dirigidas ciento por ciento a captar depósitos e inversiones de personas y empresas no residentes y a las que no tienen acceso los ciudadanos del propio país.
No todas las entidades bancarias situadas en paraísos fiscales son bancos offshore; allí conviven con los mismos bancos onshore, que prestan servicio a los residentes y que no están acogidos a la legislación específica antes mencionada.
Ahora bien, entre las principales ventajas de la banca offshore asentada enparaísos fiscales figuran estar menos sometidas a la intervención gubernamental y la exención de cumplir con regulaciones sobre el capital (controles de cambio sobre transacciones exteriores o sobre política de inversiones, entre otros). Esto se traduce en mayor libertad de movimientos para sus clientes y, en muchas ocasiones, una reducción de costos que favorece los pagos de intereses más elevados.
Por lo general los depósitos en cuentas de bancos offshore, así como sus rendimientos, están exentos de cualquier impuesto y casi siempre asentados en territorios con estrictas leyes de secreto bancario y privacidad. La banca offshore está ubicada en paraísos fiscales con centros financieros relevantes, con buena estabilidad política y monetaria. Por otro lado, algunos bancos extraterritoriales ofrecen productos de los que no disponen sus competidores bancos onshore, como por ejemplo cuentas numeradas, tarjetas anónimas o inversiones de alto rendimiento.
Desventaja de la banca offshore
Entre los inconvenientes de la banca offshore figuran que con mucha frecuencia los bancos establecidos en paraísos fiscales son relacionados con la evasión de impuestos y el blanqueo de dinero. De ahí que las transacciones procedentes o con destino a los mismos suelen disparar las alertas y atraer una mayor inspección de las autoridades tributarias, y en algunos casos hay bancos offshore vetados por organismos como el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional) o incluso por otros bancos onshore, sin obviar que hay naciones que cuentan con un seguro gubernamental o suerte de fondo constituido por las propias entidades bancarias, destinado a cubrir los depósitos de los clientes hasta una determinada cantidad, medida que los protege ante una posible insolvencia de su entidad bancaria. Sin embargo, hay casos donde la banca offshore está excluida de estos acuerdos.
La banca offshore se divide en dos grandes grupos. Uno de ellos son los bancos minoristas y bancos comerciales. Para poder abrir una cuenta en una de estas entidades normalmente se exige un depósito inicial inferior a 10.000 dólares, y lo más habitual son cantidades que oscilan entre 1.000 y 5.000 dólares, aunque también existen numerosos casos en los que no se requiere ningún tipo depósito de apertura mínimo. Esta banca offshore ofrece los mismos servicios que cualquier banco de su país de residencia, y están pensados sobre todo para el comercio y el ahorro a pequeña escala; sin embargo, suelen ofrecer también algunas posibilidades de inversión.
Los bancos minoristas y comerciales suelen operen con cuentas multidivisas (multicurrency accounts), o lo que se denomina "multiple currency accounts" (cuentas en múltiples divisas). En el primer caso se trata de una sola cuenta que acepta ingresos y retiros en diferentes monedas, mientras que en el otro el banco abre varias cuentas al mismo usuario, cada una de las cuales está denominada en una moneda distinta.
Por lo común no se produce un contacto muy cercano entre el usuario y los bancos minoristas y comerciales, pues los servicios que ofrecen son de tipo estándar y se pueden manejar fácilmente a través de Internet. La mayoría de las entidades offshore cuentan con modernos sistemas de banca electrónica, que permite realizar transacciones desde cualquier parte del mundo. Se trata de aplicaciones muy seguras que incorporan la última tecnología en encriptación o incluso autenticación mediante dispositivos electrónicos generadores de claves como el conocido "digipass".
Paralelo a los bancos minoristas y comerciales está la banca privada dirigida al ahorro y a la inversión de alto nivel, solo son accesible a personas acaudaladas. Para poder abrir una cuenta en uno de estos bancos, debe depositarse como mínimo alrededor de 100.000 dólares; pero en algunos bancos muy exclusivos, no se aceptan clientes que depositen menos de un millón de dólares.
Procedimiento para abrir una cuenta bancaria offshore
Para abrir cuentas en la banca offshore el procedimiento no suele ser muy complicado y se puede realizar por correo en un plazo que puede variar de manera importante. Dependiendo de la celeridad de las personas o las instituciones con las que se trate, puede durar desde unos pocos días hasta unos meses. En cuanto a los documentos requeridos, para las cuentas personales se pide como mínimo una copia certificada del pasaporte y algún documento que acredite el lugar de residencia del titular de la cuenta.
Suele bastar un extracto de una tarjeta de crédito u otro banco, un recibo de electricidad, agua o similar. Para cuentas corporativas, además de los documentos de la sociedad certificados y apostillados, se requiere también la identificación personal de los accionistas, directores y personas que tengan derecho de firma en la cuenta. Cada uno de ellos debe presentar los documentos personales antes mencionados.
En las sociedades offshore que utilicen acciones al portador (bearer shares), el banco offshore exigirá en algunos casos que las acciones al portador sean depositadas en custodia en sus propias instalaciones o se aporte un certificado de custodia de otro banco, de una institución fiduciaria o de un bufete jurídico habilitado que confirme que las mantiene en su poder, a fin de evitar un cambio de propiedad sin ser notificado. Por último, la banca offshore ofrece innumerables oportunidades y ventajas para el inversor, pero también presenta algunos riesgos. Es de suma importancia seleccionar bien la jurisdicción y la propia entidad para abrir una cuenta, escogiendo aquellas instituciones que ofrezcan mayores garantías de solvencia, seguridad y privacidad.
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